El impago del IBI posibilita el desahucio de los arrendatarios de renta antigua. Uno de los efectos más perniciosos de la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1964, y de su régimen jurídico, es su prórroga obligatoria. La perpetuación de rentas ridículas en los arrendamientos antiguos que se prolongan por generaciones, causa distorsiones en el mercado. Se trata de un efecto perjudicial para la sociedad, especialmente para los propietarios, —que se extiende a los nietos del primer arrendador— y ...
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2015